Vuelves, como quien nunca se fue
con tu sonrisa de oreja a oreja
esperando que deje ver la mía...
pero te la llevaste hace tiempo
y has debido olvidar traerla.
Vuelves, con tu:
- "Hola. ¿Qué tal?
- "Hola. ¿Qué tal?
¿Cómo va todo?"
y esperas que allí este yo,
como antes, como siempre,
como un perro en la puerta
de un establecimiento
esperando a su amo...
¿Pero sabes qué?
Se soltó la correa, y no,
no huí, a pesar de que
otras perras movieron
el rabo animadamente,
invitándome a jugar
y pasar un buen rato...
Vuelves, pero ya no acudo a tus silbidos
ni me tienes comiendo de tu mano
dicen que los perros
nunca olvidan el camino a casa
nunca olvidan el camino a casa
pero esta vez, haré una excepción.
Vuelves...
Pero yo nunca me fui.