miércoles, 12 de noviembre de 2014

Se le gasto la pila al reloj,
fue justo en el instante
en que decidimos separarnos,
después de aquello,
para mí no existía el tiempo,
solo pensaba en pasado y
me alimentaba de recuerdos
y créeme,
se pasa mucha hambre.

No sé muy bien
ni cómo ni por qué,
pero apareció ella,
no entiende nada del tiempo
y mucho menos de relojes,
es de esas personas que
la vida la mide en momentos
y del único tic tac
del que se guía,
le late en el pecho.

No tengo ni idea
de que paso,
pero mis latidos,
se han sincronizado
con los suyos
y a día de hoy,
mi reloj, sigue
sin dar la hora
¿Pero que más da?
Si cada instante
es nuestro momento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario