lunes, 22 de febrero de 2016

Nos mintieron, que estudiáramos nos dijeron,
para mañana poder ser alguien, nos repitieron.
Que aprovecháramos las oportunidades,
que nuestros padres no pudieron tener.

Lo que nunca entendimos es que se referían
a tener 30 años y seguir en la misma habitación
donde se nos cayo el primer diente de leche
o con un poco de suerte, a 3.000 kilómetros de casa,
celebrando tu cumpleaños solo.

Ahora entiendo lo de apuntarse a una academia de Inglés
con 12 años. Era para en un futuro, poder entender al jefe
decirte que te dieras prisa en limpiar los baños,
a 6 libras la hora.

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